Este lunes, 7 de abril de 2025, México sigue enfrentando una de sus mayores amenazas internas: el narcotráfico.
En el centro de esta problemática se encuentra Nemesio Oseguera Cervantes, conocido como El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Con una recompensa de 15 millones de dólares por su captura, ofrecida por Estados Unidos, Oseguera Cervantes es considerado uno de los criminales más buscados del mundo.
Su historia, marcada por la pobreza y el crimen, personifica un fenómeno más amplio: la narcocultura.
Nacido en Michoacán en 1966, El Mencho creció trabajando en plantaciones de aguacate antes de emigrar a Estados Unidos, donde comenzó su incursión en el tráfico de drogas. Tras varias detenciones y su deportación a México en los años 90, ascendió rápidamente en las filas del crimen organizado hasta fundar el CJNG.
Bajo su liderazgo, este cártel se ha consolidado como una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas del país, expandiendo su control a nivel nacional e internacional con operaciones que abarcan desde el tráfico de fentanilo hasta la corrupción gubernamental.
La expansión del CJNG no solo se basa en su capacidad operativa, sino también en tácticas brutales que incluyen ataques directos contra las fuerzas de seguridad mexicanas y ejecuciones públicas diseñadas para infundir miedo. Estas acciones han posicionado al cártel como un enemigo prioritario del Estado mexicano.
Narcocultura: un fenómeno que trasciende lo criminal
Más allá del impacto directo del CJNG, El Mencho es también un símbolo cultural. La narcocultura, definida como la glorificación del estilo de vida asociado al narcotráfico, ha permeado profundamente sectores amplios de la sociedad mexicana. Este fenómeno se manifiesta principalmente a través de la música —con los narcocorridos como vehículo principal— pero también en moda, cine y redes sociales.
Los narcocorridos relatan historias de capos como El Mencho, presentándolos como figuras heroicas o antihéroes que desafían al sistema. Esta narrativa romántica no solo perpetúa la imagen glamorosa del crimen organizado, sino que también normaliza la violencia y la ilegalidad entre jóvenes vulnerables que buscan escapar de la pobreza. La reciente polémica generada por un concierto en Guadalajara donde se proyectaron imágenes del capo mientras se interpretaba un corrido en su honor refleja cómo esta cultura sigue siendo motivo de debate nacional e internacional.
Además, la narcocultura fomenta una estética ostentosa que incluye ropa lujosa y accesorios asociados al poder narco. Para muchos jóvenes en comunidades marginadas, este estilo representa una aspiración materialista que contrasta con sus limitadas oportunidades económicas y sociales.
La lucha contra El Mencho: entre operativos fallidos e impunidad
A pesar de los múltiples operativos lanzados para capturar a El Mencho, este ha logrado evadir a las autoridades durante más de una década. Su capacidad para esconderse en zonas rurales protegidas por mercenarios altamente entrenados evidencia tanto su astucia como las fallas estructurales en las estrategias gubernamentales. A esto se suma un sistema judicial plagado de corrupción e impunidad que permite que figuras cercanas a él eviten largas condenas o incluso sean liberadas tras su captura.
La presión internacional también juega un papel crucial. Estados Unidos ha intensificado su colaboración con México para desmantelar al CJNG mediante sanciones económicas y detenciones clave, incluyendo a miembros cercanos a El Mencho, como su hijo Rubén Oseguera González (El Menchito) y otros familiares. Sin embargo, estos esfuerzos aún no han logrado debilitar significativamente al cártel ni reducir su influencia cultural.
Narcocorridos más emblemáticos: entre controversia y popularidad
Para cerrar este análisis sobre El Mencho y la narcocultura, es importante mencionar algunos narcocorridos icónicos que han marcado este fenómeno:
- «El del Palenque»: dedicado directamente a El Mencho, este corrido ha causado indignación por glorificar al líder del CJNG.
- «Jefe de Jefes» (Los Tigres del Norte): una oda a los capos históricos que resalta el poder y control dentro del narco.
- «Pacas de a Kilo» (Tucanes de Tijuana): describe las operaciones logísticas del tráfico.
- «Contrabando y Traición» (Los Tigres del Norte): uno de los primeros éxitos internacionales que abordó el tema.
- «La Reina del Sur» (Los Tigres del Norte): basado en la novela homónima sobre una mujer traficante.
Estos corridos no solo son éxitos comerciales sino también vehículos culturales que perpetúan valores asociados al crimen organizado. Aunque enfrentan críticas por normalizar la violencia, siguen siendo populares tanto dentro como fuera de México.
La figura de El Mencho no solo representa un desafío para las autoridades mexicanas e internacionales sino también para la sociedad civil. Su influencia va más allá del crimen organizado al consolidarse como un símbolo cultural controvertido que refleja las complejidades sociales y económicas detrás del fenómeno narco.